Euskaltel

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Vuelve la Marea Naranja

Reto:

Ser parte de la Marea Naranja era reivindicar la cultura vasca y demostrar el fuerte arraigo que se tenía hacia la tierra y hacia una forma concreta de estar en el mundo. El reto que se planteaba era recuperar ese espíritu y conectar dos generaciones de corredores como una forma de pasarles el testigo, resaltando todos los valores que representaba aquella camiseta naranja: el trabajo en equipo, la cercanía, el compromiso y el esfuerzo.

Claim:

Marea Naranja. A través de una serie de preguntas se va reconstruyendo la historia de este deporte en Euskadi y se hace partícipe al público de cómo lo experimentaban tanto dentro, como fuera de la barrera. Otro de los objetivos que perseguía el spot era dar a conocer a los nuevos corredores del equipo. Así, los actuales integrantes del Euskaltel Euskadi hablan sobre cómo vivieron ser parte de la Marea Naranja en su niñez, sus referentes, sueños y aspiraciones. Todo ello, con la oportunidad de conocer a aquellos ciclistas que los inspiraron para abrazar este deporte y que aún les insuflan ese gran espíritu de superación.

Solución:

Acordamos con Euskaltel la realización de un spot con una fuerte base emocional y con un contenido muy potente. El objetivo era revivir todo el esplendor de aquella época dorada del ciclismo y volver a sus orígenes para recuperar la auténtica emoción que supone pertenecer a la Marea Naranja y ser parte de un equipo que alcanzó grandes hitos en este deporte. El vídeo se conceptualizó en un formato de mesa redonda en la que los deportistas de aquella primera etapa, como Haimar Zubeldia, Amets Txurruka y Mikel Nieve, mantendrían un diálogo con las nuevas promesas del Euskaltel Euskadi, como Ibai Azurmendi, Txomin Juaristi y Jorge Azanza. Corredores que no solo conforman el equipo hoy, sino que en el pasado formaron parte de la afición y hoy sueñan con llegar al Tour de Francia, tal y como hicieron sus predecesores.

Resultado:

Nos reunimos en un restaurante en el alto de Arrate, una localización especialmente ligada al ciclismo vasco para la realización del spot. Lo que pretendíamos era crear un clima más íntimo dentro del espacio y que se percibiera como algo positivo pero, al mismo tiempo, que tuviera algún tipo de vinculación emocional con los participantes. Toda la acción se grabó en tiempo real, sin cortes, consiguiendo ese efecto natural y distendido que considerábamos importante para crear el clima propicio y transmitir a las nuevas generaciones todo aquel sentimiento que suscitaba la Marea Naranja. Para ello, se utilizaron 5 cámaras automatizadas que permitían rodar desde diferentes ángulos y recoger la conversación de forma fluida, haciéndola lo más cercana posible, de manera que el espectador sienta que es parte de ese diálogo.